Gustavo Roldán, "Tiempo de Dragón" en Dragón
Frases oportunas sólo para mí. Frases en las que me reflejo. Frases que me sacan una sonrisa. Y otras que no dicen mucho en solitario, pero que son el recuerdo de libros que siempre quiero volver a leer.
Hasta entonces había considerado que la sexualidad era una fuerza positiva, una fuente de unión que aumentaba la concordia entre seres humanos a través de las vías inocentes del placer compartido. Ahora, por el contrario, cada vez más a menudo, veía la lucha, el combate brutal por la dominación, la eliminación del rival y la multiplicación arriesgada de los coitos sin otra razón de ser que garantizar la propagación máxima de los genes.
Michel Houellebecq, El mapa y el territorio
empezaba a sentirse realmente nerviosa porque comprendía que allí se la jugaba en unos minutos, y los hombres eran tan difíciles de asediar en estos tiempos, no tanto al principio, las minifaldas daban siempre resultado, pero después cada vez se volvían más raros.
Michel Houellebecq, El mapa y el territorio
La veraneante lo escuchaba mostrando un gran interés y cada tanto intervenía, siempre a destiempo, como suelen hacer las mujeres.
Ítalo Calvino, "La aventura de un lector" en Los amores difíciles
Nunca he podido dominar mis impulsos. En este sentido me reconozco un sujeto primitivo, puro, incapaz de adaptarme al florido mundo, donde, para tranquilidad de la hermosa gente, se cultivan con sensatez todas las formas del buen gusto, la hipocresía y el cinismo.
Abelardo Castillo, "El candelabro de plata" en Las otras puertas
Todas las historias tienen un final. No sirve de nada tirar el libro a la mitad sólo porque no se entiende algo.
Leonie Swann, Las ovejas de Glennkill
Las morales bien educadas se horrorizan ante el drogadicto que vende el televisor de sus padres para conseguir tres gramos de merca. Las morales bien aprendidas se tapan la nariz frente al aliento del cirroso que lleva quince días tomando hasta la uremia. Pero nadie se espanta frente a las huestes diarias de señoras y señores y niñas y niños bien educados que atacan los shoppings, los supermercados, los outlets de descuento.
Natalia Moret, Un publicista en apuros
Para reflexionar necesitás las mismas dos cosas que para mentir: seguridad y buena memoria.
Natalia Moret, Un publicista en apuros
Sacrificarse por alguien a quien se está seguro de conservar no es nada.
Boris Vian, El arrancacorazones
Todo será distinto cuando acabe de llover.
Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba
Con la excusa de reconstruir el yo, los psicoanalistas proceden, en realidad, a una escandalosa destrucción del ser humano.
Michel Houellebecq, Ampliación del campo de batalla
Tal vez era un poco difícil comprender a Andy porque Andy no pasaba mucho tiempo intentando comprenderse a sí mismo.
Ketih Lee Morris, "Testimonio" en Orsai Nº5.
A pesar de todo ciertos seres, digan lo que digan, tienen un papel fundamental en la vida de uno, le dan un nuevo giro; la cortan limpiamente en dos.
Michel Houellebecq, Las partículas elementales
Pero porque el príncipe no llegaba o por no ver lo que sucedía en el reino, la princesa siguió durmiendo.
María Teresa Andruetto, La durmiente
Hay gente que sabe contar historias y gente que no, pero el mundo no se divide así.
Natalia Moret, Un publicista en apuros
A woman who can accept defeat like that -with a careless smile- will go far.
Agatha Christie, "The Double Clue", Poirot's Early Cases
Dejar de tener derecho al otro, perderlo por completo, tan así, como si tal cosa. Odio eso, esa muerte artificial, ese ensayo de una muerte: hacerte a la idea de que esa persona desaparece, desapareció, se fue de tu vida y ya no tenés derecho a saber más nada de él. De ella. De la persona.
Romina Paula, Agosto.
Intentó seguir con su vida, pero no se puede ser discreto cuando nos persigue a todos lados una nube de palabras sin sentido de la ubicación.
Pablo Bernasconi, Rebelión en Tortoni
Si el hombre no era más que la serie de sus actos, me daba cuenta, nunca estaría definido antes de su muerte.
Guillermo Martínez, Crímenes imperceptibles
Pero cuando llegaba finalmente la noche de la partida, una vez que había despachado todos sus compromisos y se encontraba con la bolsa de viaje caminando hacia la estación, entonces empezaba a sentirse invadido por una sensación de calma interior a pesar de su prisa para no perder el tren.
Ítalo Calvino, "La aventura de un viajero" en Los amores difíciles
Jamás me acostumbraré a nada. Acostumbrarse es como estar muerto.
Truman Capote, Desayuno en Tiffany's
Pensó furtivamente en las probabilidades que ofrecía para una aventura de rápido desenlace, las comparó con la perspectiva de una conversación convencional, de un programa nocturno, de posibles dificultades logísticas, del esfuerzo de atención que es siempre necesario para trabar conocimiento aunque sea superficial con una persona y siguió leyendo, convencido de que la mujer no podía en realidad interesarle.
Ítalo Calvino, "La aventura de un lector" en Los amores difíciles
Larga y negra es la pena de un dragón. Nunca sabe de dónde viene la pena, pero cuando llega, el mundo se oscurece y todos creen que hubo un eclipse, de repente el sol queda tapado y los pájaros dejan de cantar. Porque el tamaño de la pena de un dragón es igual al tamaño del sol, y la pena vuela y se instala justo allí, en ese lugar donde estaba la luz.
Gustavo Roldán, "Pena de dragón" en Dragón.
En una mujer, la falta de sinceridad no es cosa que se censure gravemente.
Francis Scott Fitzgerald, El gran Gatsby
En el fondo, aquello era verdaderamente un mensaje en clave, y sólo quien pudiera escucharlo podría aprehenderlo.
Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira
Yo no entiendo a la humanidad. Por ejemplo: todo el mundo está acostumbrado a que en los ómnibus, los trenes y los subterráneos los empujen, los apretujen, los despeinen y los tironeen de aquí para allá. Y nadie se queja. Pero basta que se den cuenta de que el que los empuja es un elefante ¡zápate! hay que ver el escándalo que hacen.
María Elena Walsh, Dailan Kifki
Él dice que escribirle a alguien es la única manera de esperarlo sin hacerse daño.
Alessandro Baricco, Océano Mar
Ahora sentía incluso una sombra de opaca amargura, como cuando las graves horas del destino nos pasan al lado sin tocarnos y su estruendo se pierde en lontananza mientras nos quedamos solos entre torbellinos de hojas secas, añorando la terrible pero gran ocasión perdida.
Dino Buzzati, El desierto de los tártaros
Precisamente esa noche comenzaba para él la irreparable fuga del tiempo.
Dino Buzzati, El desierto de los tártaros
Ese lenguaje es de marinero, pero tú no eres marinero, Si tengo el lenguaje, es como si lo fuese.
José Saramago, El cuento de la isla desconocida
Suscribirse a:
Entradas (Atom)