De toda la memoria solo vale el don preclaro de evocar los sueños.

Antonio Machado en Libro de sueños, de Jorge Luis Borges. 

Qué dolor, estar atado a una valla cuando, tan cerca, hay actividad -y juego, imaginación, fascinación-, justo un poco más allá del extremo de la correa que te sujeta.

Martín Amis, Dinero

Una de las cosas que ya debería dejar de hacer.

-¿En general sus mujeres están en Nueva York? -pregunté
-Es la tendencia.
-¿Te molesta que la mía también lo esté?
-La verdad, no. Lo que pasa es que me prometí no volver a salir con hombres casados. 
-¿Por qué?
-Porque es una de las cosas que ya debería dejar de hacer. 
(...) 
-¿Porque es algo que se repite?
-Sí. 
-¿Qué pasó? ¿Volvió con su mujer?
-No. Se enamoró de otra. También escribía. 
-Ah. - Hice una pausa-. Entonces habrá que tener cuidado, ¿no?
Se sonrió del comentario. 
-Sí. Mucho cuidado. 

Alfred Hayes, Que el mundo me conozca

Yo no lo dudaba: lo suficientemente enojada o divertida: esas serían las razones.

-Si me haces enojar lo suficiente, soy capaz de cualquier cosa. O....
Se interrumpió.
-¿O qué?
Y sonrió. Con mucho encanto.
- O si me divierte lo suficiente -dijo.
Yo no lo dudaba: lo suficientemente enojada o divertida: esas serían las razones.

Alfred Hayes, Mi perdición

La palabra es una caricatura miserable.

Abelardo Castillo, "El candelabro de plata"

Un cariño no vive de palabras bonitas y promesas a la distancia.

Julio Cortázar, "La salud de los enfermos" en Todos los fuegos el fuego

Todo será distinto cuando acabe de llover.

Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba